lunes, 21 de febrero de 2011

De colectoras y apoyos fundamentalistas


Una de las nuevas polémicas que ha despertado el kirchnerismo, y que ha alimentado gran parte del espacio diario de noticieros corporativistas y pro-monopolios, es la casi segura aparición de listas colectoras, para las elecciones del próximo 23 de octubre.

La danza de nombres ya empieza a circular, no solo como inocente filtración de rumores, sino como prueba de los partidos para comprobar cual es la aceptación popular ante las diferentes alternativas. Donde más se ha observado esta táctica es en el “peronismo federal” (o “peronismo diabólico”), donde se tiran posibles alianzas (Duhalde-Macri; Macri-Reutemann; Macri-De Narváez; etc.), que dicho sea de paso, no han tenido éxito a nivel imagen.

Para el kirchnerismo, la táctica a las claras parece ser dar cabida a las listas colectoras, para ampliar las chances de cosecha de votos favorables a Cristina. Todas las demás discusiones que acarrea esta decisión, son las que dan cabida a innumerables análisis y posturas, por parte de quienes se interesan por la política. Los ítems que mas resaltan son: la candidatura de Sabbatella para gobernador de Buenos Aires, y la furia de Scioli y los peronistas a ultranza que no quieren que se infiltren más “impuros” en el movimiento.

Martín Sabbatella es el principal exponente de la “izquierda kirchnerista”, el ala más progresista del gobierno, que conforma un bloque junto con referentes de la talla de Carlos Heller, Ariel Basteiro y Jorge Rivas. Sorprendentemente, hace varios meses, Sabbatella salio a declarar (en un gran momento del kirchnerismo, post aprobación de la ley de matrimonio igualitario) que seguramente no formaría parte de las listas del kirchnerismo, sino que se presentaría con su partido (Nuevo encuentro), dejando vacante el candidato a la presidencia, en un claro gesto de apoyo a la conducción nacional. La diferencia al día de hoy, es que se estaría incorporando la boleta presidencial del FPV, lo cual en los casos de votos con boletas sabana, redundaría en una mengua de sufragios para Daniel Scioli. Aquí se genera una de las discusiones: ¿Cristina toma esta decisión solo con el objetivo de recolectar mayor cantidad de votos, o se agrega a esto la intención de debilitar al sector “derechoso” del Kirchnerismo, dando espacio al sector progresista? Seria auspicioso pensar que la presidenta intenta desbancar al nicho de conservadurismo que retrasa los avances de este movimiento, pero realmente cuesta digerir esta idea, cuando recordamos la política de conformación de listas de las últimas elecciones y la alianza forjada en Santa Fe para desbancar al socialismo. En ambos casos, se privilegió la incorporación de figuras convocantes por sobre las figuras fieles. Ayer, gente como D´Elia y “huevo” Ceballos, quedaban al margen frente a las celebres Andrea del Boca y Nacha Guevara. Hoy Agustín Rossi acuerda con el PJ santafesino (obediente a Reutemann en su mayoría), para intentar desbancar al para nada despreciable Gobierno Socialista.

A esto se le debe sumar la obstinación de muchos fundamentalistas y candidatos municipales progresistas de la Provincia de mantener a Daniel Scioli en sus panfletos y slogans de campaña, con el pretexto de que es el designio de arriba, de que es el candidato, y de que hay que estar “en sintonía”.

Si el parámetro es la estrategia llevada adelante en Santa Fe, una provincia donde no seria tan grave perder, ¿cual será en provincias o municipios donde haya que desbancar figuras retrogradas y conservadoras? ¿Cual es el tope en la búsqueda de la victoria?

A casi ocho años del inicio del kirchnerismo no se han podido extirpar los “tumores políticos”, lo que nos lleva a pensar a muchos, que la lucha por avanzar, llevada adelante por el bloque encabezado por Martín Sabbatella y su gente, permaneciendo dentro del famoso “colectivo”, será tan difícil, como remar en dulce de leche.

El canalla - 21/02/2011

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