Tragedias

La noticia de la semana ha sido la “tragedia aérea”, en la que un avión se estrello en la Patagonia, dejando un saldo de 22 muertos. Lamentable, desde ya, pero inquietante. Inquietante es que esta noticia ocupe gran parte de la carga horaria de los noticieros, los diarios y los portales de internet. Solo por día muere casi la misma cantidad de gente en accidentes de tránsito en el país. En América latina, la Argentina encabeza el ranking negativo: cada día mueren 20 personas en las calles y caminos. Cada año, más de 120.000 sufren heridas de distinto grado, según la organización no gubernamental Luchemos por la Vida. Entonces, ¿por qué el accidente del avión es “la tragedia de Rio Negro”? Evidentemente el periodismo prefiere la noticia inflamable, la espectacularidad de un fosforo que se prende, antes que la diminuta llama que consume una vela.

La noticia es provechosa, imaginemos la publicación diaria del raconto de accidentes de tránsito fatales en tapa de diarios. Al parecer no vendería tanto como la nota que publica “La Nación”, con el título: “Estamos destrozados, contó el padre del bebe que murió en el accidente”. En el desarrollo de la nota se detalla sobre otro difunto: “en el avión viajaba un empleado bancario que estaba a punto de casarse”. Esto es humanizar la tragedia, llevar al lector al máximo de sus posibilidades emocionales. Cada víctima tenía su historia, su proyecto de vida. Claro, ¿cuál sería sino la tragedia?

Será entonces otra semana que pasa, sin respuestas al gran problema de transito que tenemos en el país. Otra semana de olvido, que nos deja más inmersos en el acostumbramiento a la muerte por fatalidades, por ahora, inevitables e incuestionables.